Los espejos representan una gran parte de nuestras vidas, son lo primero en lo que nos miramos por la mañana y probablemente uno de los últimos. Siempre tenemos que revisarnos antes de salir, para asegurarnos de que vamos bien vestidos, llevamos bien el pelo, o que no se note el cansancio por haber dormido 4 horas. Aparte de que los espejos no solo tienen que reflejar áreas luminosas o ventanas, también se pueden utilizar para acentuar la arquitectura reflejando ángulos o espacios interesantes. Este efecto puede ser difícil de lograr, pero cuando se hace bien, realmente puede elevar un espacio contemporáneo para que parezca aún más bien pensado, algo que ha hecho que muchos arquitectos lo incorporen en sus diseños hoy en día.
Cómo funcionan los espejos:
Esencialmente, un espejo está hecho de una pieza brillante de metal extremadamente fina, colocada en un lugar con un frente de vidrio y una capa delgada de respaldo (generalmente aluminio).
El color de algo se define por los colores del espectro visible que absorbe o refleja. Por ejemplo, una copa roja absorbe todos los colores excepto el rojo, por lo que la luz roja vuelve a nuestros ojos a menos que no haya luz, en cuyo caso la copa roja es tan negra como todo lo demás. Los objetos blancos, por su parte, reflejan todos los colores del espectro visible, lo que los hace parecer incoloros.
Los metales dentro de los espejos realizan el mismo truco, reflejando todos los colores del espectro visible, pero la diferencia es que son ultra lisos a nivel microscópico. Un trozo de papel puede parecerte liso, pero ni siquiera es un tercio de lo liso que es un espejo, y así es como se forma una imagen de espejo: toda la luz rebota directamente en la dirección de donde proviene.
Arquitectura reflejada:
Uno de los diseños arquitectónicos más singulares y hermosos son aquellos en los que se utilizan espejos, pero no solo en el espacio interior, sin embargo, las nuevas tendencias de la arquitectura de espejos
están trayendo los reflejos al exterior.